En vista de la cojonuda acogida de la anterior entrada, he decidido analizar algunas expresiones más que utilizan el cojón o huevo como unidad.
Para comenzar analizaremos el siguiente ticket de la compra de una caña.
Léedlo con atención hasta el último asterisco.
Aquí encontramos la típica expresión referida a algo muy caro. "Me costó un huevo y parte del otro".
Bueno como no tengo constancia de que haya ninguna moneda llamada huevo o cojón, ni que tenga cierta similitud en su forma, si bien es cierto que "huevo" tiene las mismas vocales que "euro", creo que los tiros van por otra parte.
A día de hoy no conozco cuánto se paga por un testículo en un posible transplante, y menos de medio huevo, porque no creo que haya un transplante de este tipo debido al rechazo que provocaría el órgano. Esto se debe a que una persona antipática no puede recibir un huevo de una persona cojonuda porque su personalidad lo rechaza de lleno.
Sin embargo sé que en los mercados de medicina china se venden testículos humanos de gente fallecida al precio de 60 euros media docena. Esto implica que cada huevo vale diez euros. Teniendo en cuenta que la expresión viene de antes del euro y le aplicamos que el IRPF era menor, me sale que cada testículo vale unas 1200 ptas.
Entonces llegamos a la conclusión que una caña de un huevo y medio vale unas 1800 ptas que con el redondeo serían unos 12 euros.
Creo que es mejor pagar por cualquier artículo de pesca con la moneda en curso, que arriesgarnos a quedarnos sin una parte de nosotros tan preciada, y más aún si la caña tiene garantía parcial, que nos indica que tendríamos que abonar el resto del testículo sobrante para que esta se hiciese efectiva, con lo que te quedarías descojonado y condenado a cantar con los niños cantores de Viena.
Si escuchamos "Caminar por la orilla de ese río te va a costar un huevo y parte del otro" estaremos hablando de trabajo, cuya unidades se expresan en Julios (Newton x metro).
Para analizar esta expresión tendremos que situarnos en el mes de Julio, con un calor asfixiante que nos hace vadear provistos simplemente de unas alpargatas y unas bermudas para los más pudorosos. Si a esto le añadimos, que se nos ha olvidado el refrigerio en el coche, la marcha no se hace tan llevadera, lo que implica que vas arrastrándote los cojones. Y es aquí cuando entra en acción el trabajo. El trabajo que tenemos que hacer para arrastrar nuestros cojones con una aceleración determinada durante un metro, (siempre que la masa de nuestros cojones sea conocida) sería el equivalente a los dos huevos.
Ahora mediante una sencilla regla de tres se lo aplicamos a los tres cuartos de nuestros cojones y obtenemos el trabajo que da caminar por el río antes citado. Que según los cálculos de un vecino, implica que el río tiene algo de maleza con posibilidad de resbalar en alguna piedra.
En la expresión "Ese cucharillero me está hinchando los cojones" tengo la certeza de que el individuo no se refiere a los cojones en sí (más o menos compactos), sino al escroto el cual puede albergar un volumen determinable.
Puesto que no estamos hablando del escroto de un elefante, expresaremos el volumen en centímetros cúbicos y no en metros cúbicos, que sería lo propio, para adecuarnos más al ejemplo de los homínidos superiores.
Para determinar el volumen máximo de inflamiento escrotal hemos tomado como referencia los 60 cc de la media española, a una temperatura de unos 18 º C, pues con el frío este se contrae.
Ahora tomamos a un pescador empedernido de mosca seca y lo llevamos a un río con cantidad de truchas y todas de buen tamaño.
Cuando este se dispone a lanzar, le soltamos a un cucharillero que efectúa lances aleatorios, pero en las proximidades del mosquero, jodiéndole la tabla. (Se toman las medidas del escroto).
A continuación avisamos a la guardería del río que inmediatamente se persona en el lugar y le mete una multa de muchísimos pares de cojones por estar pescando en un coto sin el permiso correspondiente. (Se toman las medidas del escroto).
Mientras nos dirigimos al coche le rompemos la caña que le había costado un huevo y parte del otro, de ahí su aguda voz. (Se toman las medidas del escroto).
Una vez que ha llegado al coche comprueba que tiene las cuatro ruedas pinchadas y que por lo tanto va a tener que irse para casa a pie, y hay una tirada de mucho más que tres pares de cojones. (Se toman las medidas del escroto).
Una vez que llega a casa tras un periodo de tiempo largo de cojones se le toman las medidas del escroto y comprobamos que no hay variación con respecto al último control.
Conclusión: Desde que entra en acción el cucharillero hasta que llega a casa, el escroto se ha ido hinchando de manera exponencial, hasta llegar a un punto máximo que le hacía caminar con las piernas separadas. El volumen máximo ronda los 250 cc lo que delata que se le han inflado y bien los "cojones", aunque sea una expresión mal utilizada.
Otra expresión que por aquí se utiliza mucho es "Vas a pillar esa trucha por los cojones arriba" con tono sarcástico, dando a entender de la imposibilidad de llevar a cabo dicha empresa.
Puesto que la imposibilidad de una acción no tiene unidades, creo que lo que la expresión quiere decir es que nos está marcando unas coordenadas.
"... por los cojones arriba" podría ser a la altura del pecho o del diafragma.
Pero si tenemos en cuenta el radio de acción de los cojones propiamente dichos, obtenemos que el ombligo es el único lugar donde podríamos pescar algo siempre y cuando tuviese agua en el interior y hubiese una trucha en estado larvario en él.
De esto deducimos que la posición del ombligo con respecto a los cojones (punto de partida) se podría expresar mediante coordenadas cartesianas o de GPS.
Esta interpretación es muy válida si nos apoyamos en la expresión que se dice muchas veces cuando estás mirando un mapa con los ríos y dices "¿Dónde cojones está el coto"?, expresión que implica la posición de un lugar con respecto a un punto de partida. Decir que como los cojones siempre nos acompáñan, el punto inicial llega al punto final o destino.
Nota: si en el google earth introducimos la búsqueda "cojones", nos dice:
Para finalizar quiero resaltar la figura de los huevos o cojones en el mundo de la pesca, cuando se hacen apuestas tontas del tipo "Yo pillo esa trucha, por mis cojones" y la trucha no pica porque está hasta las huevas de la mosca; "Por mis cojones, que soy capaz de sacar los 50 metros de la línea, utilizando la doble tracción" pero tío, que la línea tiene 25 metros porque le cortaste los 10 últimos que tenías jodidos, y encima vas sin backing; "Échale cojones, y pósale la mosca debajo de la rama" pero por Dios chaval, aún no dominas el lance frontal superbásico y le vas a poner una mosca seca debajo de una rama que encima está hundida.
No hagamos apuestas inútiles donde las unidades en juego son dos corpúsculos ovoideos, porque si esto se tratase del carnet por puntos, alguno debía puntos de haberlos perdido en varias ocasiones.
Para no caer en este error de las apuestas, hagamos como las mujeres que son las que más huevos o cojones tienen, ya que cuentan con dos o varios.
NOTA: Si te has dado cuenta de que en el ticket pone las 25:03 horas del 31 de febrero y esta fecha y hora no existe, has ganado un huevo Kinder. Reclama tu premio en el establecimiento de ensamblaje de huevos Kinder más próximo.